Posmodernidad

La apatía actual esta acabando con generaciones completas, vivimos en el mundo del consumismo compulsivo, de la comunicación de masas, y del individualismo exponencial, lo cual ha creado al nuevo hombre posmoderno, el hedonista sin oposición, en el cual domina el sentimiento de estancamiento y donde se banaliza la innovación.

Mientras que la sociedad moderna era conquistadora, creía en la ciencia y en el futuro, nosotros, como una sociedad posmoderna solo nos preocupamos por vivir en seguida, por mantenernos jóvenes sin pensar en el futuro que nos espera. Se abandonó el optimismo tecnológico y científico, ninguna ideología política es capaz de entusiasmar a las masas, no pertenecemos a nada ni a nadie, no contamos con la presencia de un ídolo o de un tabú, simplemente vivimos regidos por el vacío.
Y es cuando me pregunto ¿Cuánto tiempo más podremos vivir de esta manera, siendo el cáncer del mundo?



Somos parásitos destinados a consumir cada vez más información, objetos, relaciones, música, etc. Y llevamos ese consumismo al extremo, al punto de consumir nuestra propia existencia a través de los medios de comunicación quienes dictaminan que debes ser y no ser, que usar para verte bien, que comer para no morir, y hasta como amar para no morir solo y abandonado.

“La cultura posmoderna es descentrada y heteróclita, materialista y psi, porno y discreta, renovadora y retro, consumista y ecologista, sofisticada y espontánea…” (Lipovetsky, 11).

No existe compromiso alguno, podemos ser todo y al mismo tiempo ser nada, no existe la entrega a una ideología, todo en la era posmoderna es temporal, el amor, el conocimiento y las creencias, y es así, porque no necesitamos escoger ninguna de estas partidas en específico, las tenemos todas en una charola, para disponer de ellas como queramos y cuando lo queramos, y en lugar de encasillarnos con una, sólo jugamos a las contradicciones.

Y de esta manera si todo es temporal y no creemos en nada, ¿Cuáles serán las experiencias que te harán trascender como ser humano? , ya que lo único que tenemos son relámpagos de fugacidad juvenil, relaciones banales y un sin fin de medios de comunicación.


¿Cuál es la parte humana de la sociedad posmoderna?
Cada vez somos más individualistas y aislados, los hechos mundiales ni las enfermedades nos afectan, somos como una nueva raza de personas cuya característica principal es la indiferencia.

Mientras satisfagamos nuestras necesidades primarias y secundarias, lo demás queda muy por fuera de nuestro interés, no hacemos nada por nadie, y probablemente tampoco lo haríamos por nosotros mismos si no fuera necesario.
Y nos hemos vuelto estos seres alienados debido al incremento del ocio en la sociedad, ya que la educación se ha vuelto enormemente permisiva , ahora el ocio que vivimos y practicamos todos los días, se desculpabiliza por parte de esta nueva faceta educativa.

Parte de esta alienación se ve reflejada en como el individuo posmoderno escucha música todo el día y en cualquier oportunidad, es la necesidad que tenemos de ser transportados, de tener una realidad estimulante que nos embriaga, y al igual que todo lo demás la música ha tomado un nuevo papel en la sociedad, antes la música principalmente era un momento en el cual compartías con otras personas, ahora con el avance tecnológico, la música es la manera más fácil y satisfactoria que tenemos para aislarnos del mundo, queremos no solo escuchar, queremos sentir, saborear las sensaciones que hacen que nos sumerjamos en nuestra soledad posmoderna.
Y ¿Será esta alienación decisión nuestra? ¿Somos realmente seres libres? o ¿Estaremos condicionados por los métodos de control social?



Todos estos aspectos debemos hacerlos conscientes en nuestra vida, y preguntarnos si realmente son decisiones tomadas por nosotros, o son la máscara de una libertad prestada; la apatía, el desinterés y la alienación son conductas que podemos observar en cada uno de nosotros, lo cual no es coincidencia, el problema que sufre el individuo posmoderno es que no percibe estas conductas, porque las lleva con él, y su contexto histórico hace que las adopte como normales , pero no por el hecho de que las viva a diario, quiere decir que debe permanecer de esa manera.

Debemos romper paradigmas, y los patrones que nos llevan a actuar de cierta manera, debemos encontrar caminos que nos dirijan a pertenecer y a creer en algo.
Pero es cuando la pregunta más importante surge
¿Somos capaces de romper con el estilo de vida que llevamos?

Probablemente se nos haga más fácil continuar viviendo como lo hemos llevado haciendo, creyendo en nosotros mismos y en disfrutar cada momento de nuestras vidas como si fuera el último, viviendo de los placeres humanos, despreocupándonos del mundo que nos rodea, consumiendo cada producto que se nos presenta, pero si pudiéramos romper con las influencias y ese modo de vida, podríamos encontrar nuestra naturaleza humana y no la prefabricada de la que tanto nos jactamos.

Solo comunicamos por comunicar, nos expresamos por expresar, no hay ninguna intención, es donde el individuo hedonista se encuentra en convivencia con la deshumanización posmoderna, el desinterés masivo y el vacío gobernante por un tiempo indefinido.